En el nombre del abuelo
Los nietos de Louis Renault pelean por desligar su imagen del régimen nazi
Unos 67 años después de la muerte de Louis Renault, fundador de la fábrica del automóvil francés, sus nietos han iniciado un proceso judicial sin precedentes que vuelve a colocar el foco en uno de los periodos más polémicos de la historia reciente de Francia. Reclaman una reparación al Estado por la nacionalización de la empresa en 1945 por colaboracionismo con la ocupación nazi durante la II Guerra Mundial. Consideran que se hizo en contra de los fundamentos de la ley de propiedad privada. Más allá de los tecnicismos, el sindicato CGT y la Federación Nacional de Deportados (FNDIRP) denuncian una tentativa de rehabilitación de la figura del industrial, quien murió en la cárcel antes de poder ser juzgado.
Los demandantes atacan así la legalidad de la ordenanza de confiscación, tomada el 16 de enero de 1945 por el Gobierno provisional dirigido por el general Charles de Gaulle. La expropiación se realizó meses después de la desaparición de Louis Renault, detenido en septiembre de 1944, y quien murió en la cárcel al mes siguiente. La empresa fue luego privatizada de nuevo en 1994.
Los siete nietos de Renault denuncian que la nacionalización no se acompañó ni de indemnización ni de una decisión judicial, necesaria en caso de expropiación por sanción. Por ello han utilizado un instrumento jurídico nuevo creado el año pasado, que permite recurrir una ley considerada inconstitucional. El juicio se celebró el miércoles en el Tribunal de Gran Instancia de París. Este debe decidir si acepta que la petición pase a la Corte de Casación, que a su vez debería dar el visto bueno para su examen por parte del Constitucional. El tribunal dará su decisión el próximo 11 de enero.
Se trata así de un primer paso puramente jurídico, pero que levanta las sospechas de revisionismo. “Se ha dicho que esta acción tendía a rehabilitar la figura de Renault, pero no es el caso”, aseguró el letrado de los herederos familiares, Thierry Lévy, durante la audiencia. “Que no nos digan que no hay voluntad de rehabilitación”, respondió el abogado de la Federación Nacional de Deportados, Alain Lévy, quien recordó que los demandantes reclaman también un euro en concepto de reparación por “daños morales”.
El juicio reabre así el debate sobre el papel de Renault durante la ocupación nazi en Francia a partir de 1940. “Nadie (…) puede poner en tela de juicio (…) la traición de Louis Renault a Francia y al mundo libre al haber, deliberadamente y sin coacción, puesto al servicio del ocupante nazi el conjunto de sus fábricas y la totalidad de su personal”, denuncia el sindicato CGT en un llamamiento lanzado a principios de mes.
“Todas las empresas trabajaron para el ocupante, no tenían opción, y sobre todo en el sector estratégico del automóvil donde se fabrican vehículos de guerra”, explica el historiador Jean-Louis Loubet a la agencia France Presse. Sin embargo, mientras que Renault se mantuvo fiel a la ocupación, el otro gran constructor francés, Peugeot, escapó a la nacionalización porque se unió a la Resistencia en 1943, después de que los aliados bombardearan las instalaciones de ambos. La empresa del rombo reconstruyó sus fábricas, que volvieron a ser destruidas hasta en cuatro ocasiones.
Lien vers l’article d’El Pais